jueves, 17 de noviembre de 2011

Querido Luis Alberto Menghi

                                                                               
                                  

                                                               Lanús, 11 de Septiembre de 2.011

Estimado maestro:

                                    Me parece casi  imposible estar  escribiendo  esta carta, sabiendo que el próximo año no estarás junto a mí en el aula.
                                   Me es difícil poder separarme de ti, porque a pesar de lo que muchos digan yo descubrí en tus clases un mundo de maravillas, donde tus cuentos llenaban de confort mi alma y mi corazón.
                                   Difícil porque al escribir estas líneas es imposible evitar la caída de una lágrima recorriendo mi mejilla, imaginando todos los momentos compartidos, en donde dejaste todo, por el honor de dar tu cátedra a cambio muchas veces de una crítica inesperada; pero también fueron muchas las muestras de cariño de colegas y alumnos que como yo te estamos eternamente agradecidos.             
                                 Seguramente este mensaje contenga un montón de errores gramaticales, ya que cuando lo escribí solo pensé en palabras que tenía escondidas en mi ser para con vos más que en cuidar la ortografía y el formato del mismo.
                                Son muchas las historias que nos narraste desde tu humilde lugar llenándonos de sabiduría y de una constante invitación a la lucha por el aprender para ser mejor maestro cada día; en un mundo lleno de injusticia, miseria y destrucción pero donde el amor también reina en los corazones de las personas que apostamos por el cambio desde nuestro pequeño, gran espacio, desde el ámbito educativo.
                                Mi intención no es conmemorarte, ni solamente recordarte cual prócer de la educación, solo se puede hacer eso con los muertos que forman parte del pasado, y  vos no lo estás, vos estas vivo.
                                Mi intención es imitarte, en  este  largo camino  pero no desde el discurso sino desde la acción, educando  con amor; con coherencia; con alegría; con límites, muchas veces necesarios, aprendiendo a releer y reescribir cada cosa que me has instruido porque si yo no puedo hacerlo, jamás podré enseñarlo.
                               Vos me dejaste mucho desde donde aprender, ahora la responsabilidad es mía.
                               Llevo en mi esencia  tus máximas, que llenan cada lección de esperanza y no solo tiene por qué ser desde lo imaginario, todo se puede, todo puede ser real si  lucho como me enseñaste por lograrlo, es así como  trato de imitarte cual lo hiciera con mi padre desde el ejemplo y la sensatez.
                              Sé que ser educador, ser docente es un desafío que debemos afrontar a diario desde donde debemos ubicarnos como sujetos capaces de reinventar nuestro sitio, nuestra escuela, nuestra Institución; para no solo formar personas  alfabetizadas sino liberadas  del hambre, la pobreza, la desigualdad, y la injusticia.
                              Hoy  te agradezco por dejar muchas huellas lindas en mí.
                              Te agradezco porque siempre estuviste desde algún lugar acompañándome las veces que te necesité, porque pudiste escucharme y aconsejarme en  muchas ocasiones  y aunque en algún momento tal vez no haya colmado tus expectativas, de igual modo, estuviste.      
                             No alcanzan mis palabras para decirte de muchas formas distintas, “Gracias”, por enseñarme en cada clase a ser una maestra ejemplar y por despertar en mí esa niña adormecida que tenía dentro, y que disfrutó de cada relato sumergida en la fantasía de tus palabras.
                            Te quiero mucho maestro, agradezco a la vida la posibilidad  que me brindó al haberte conocido.
          
                                                                                                            Lorena Natalia

8 comentarios:

  1. Cuando una alumna o alumno se expresa así de un profesor, es que ese profesor es un didicado maestro que enseña con muchas ganas de que aprendan.

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  2. Me hiciste emocionar. Tuve el honor de ser su alumna también y lo recuerdo con mucho afecto. Siento lo mismo que vos. Fue uno de mis grandes maestros.

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  3. Excelente carta de agradecimiento. También fui alumno en el Colegio Don Bosco y tengo un gran recuerdo.

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  4. También fue profesor mío. En en isfd 11 de Lanús. Pobre viejo, era un crisol de experiencias de vida

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  5. Excelente profesor!! Hermosos recuerdos. Me formé como docente en el ISFD N°11 de Lanús,inolvidables sus enseñanzas.Un gran maestro. Sus enseñanzas guiaron mi carrera profesional.Un orgullo haber sido su alumna. Hoy ya jubilada lo recuerdo siempre con mucho cariño y agradecimiento.

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  6. Un genio el profe también fui su alumna

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